viernes, 13 de junio de 2025

 Final de curso




Junio de 2025. De nuevo nos encontramos, un año más, despidiendo otro curso de esta tertulia. El año próximo cumpliremos treinta años, nosotras no, ¡ojalá! Será la Tertulia Athenea la que los cumpla y esas tres decenas de años reuniéndonos aquí o allá, dan para mucho y pone de manifiesto que a poco que nos distraigamos estaremos celebrando las bodas de oro.

        

        


Con el fin de preparar esta efeméride, Clara, nuestra particular “Pepito Grillo”, nos ha puesto deberes para que luzca la celebración del próximo curso plena de luz y color y ha dado títulos, cargos y obligaciones a cada una de nosotras y yo que, como todas, creía que iba a descansar mirando al mar, ¡pues no!, hay que pensar, idear, preparar, en fin, que, en lugar de vacaciones, tendremos que sudar preparándolo todo con tiempo, para que no se nos haga tarde.

¡¡¡Que parecidas somos todas las tertulianas!!!

Pero todas mis quejas y protestas quedan en nada, cuando todo ello se resume en una comida de final de curso, con una mesa rodeada de casi todas las tertulianas y cuando digo casi es porque solo fuerza mayor ha impedido la asistencia de unas pocas a las que les habrán sonado los oídos, ya que las hemos sentido todo el tiempo junto a nosotras.

                                      
          ¿Que seria de nosotras sin los poemas de María Rosa?

El lugar ha resultado perfecto, el menú perfecto, la compañía perfecta y todo ello regado con risas, sonrisas, sorpresas, emociones, nombramientos, títulos y fotos. Aquí tendría que añadir nombres y apellidos con frases de agradecimiento, pero todas sabéis a quienes me estoy refiriendo.

Con esto damos por clausurado el Curso 2024-2025 y os aconsejo que recarguéis las pilas porque el próximo viene fuerte.

 ¡¡¡Feliz verano!!!

 




sábado, 7 de junio de 2025

 

El jueves 5 de junio de 2025 tuvimos la suerte de contar con la intervención de nuestra compañera de tertulia Fina Pedreño que nos habló de la “ANTROPONIMIA”: una rama de la Onomástica que estudia el origen y significado de los nombres propios y apellidos. La necesidad de identificarse es común a todas las culturas.

Los antroponímicos del español tienen al menos seis orígenes: prerromano, romano, hebreo, arameo, griego, germánico y árabe.

Los romanos tenían pocos nombres propios por lo que se repetían muchísimo: Cayo, Tiberio, Tito, Marco, Publio etc., y daban a sus hijos nombres de números. Quintus, Sextus, Septimius, Octavius…etc. Y la estirpe era lo importante.

Hasta la edad media se usaba únicamente los nombres de pila. También se añadía una indicación sobre el lugar de residencia: Sevilla, Soria, Córdoba,…o el trabajo que realizaba: zapatero, herrero, molinero, panadero…e incluso topónimos: Roca-Bosque, Fuente…o cualquier otro distintivo.

En español son frecuentes los apellidos terminados en “ez” como González Martínez o Sánchez (Patronímicos).

El cristianismo extendió la costumbre de usar nombres hebreos, litúrgicos y de virtudes morales, y de utilizar una ceremonia para imponerlos, denominada “Bautismo”.

El orden de los apellidos fue caótico hasta el siglo XIX en España. Se desarrolló la ley de registro civil y se instituyó tener dos apellidos. El del padre primero  y el de la madre después. En 1999 podía cambiarse este orden si así se deseaba.

Tras este interesante repaso de nuestra historia, Fina nos obsequió con otro regalo fruto de su interés por el bienestar y la salud: FUNDAMENTOS PARA  UNA DIETA SALUDABLE. ¡Gracias Fina!