Estamos de vacaciones y eso quiere decir
que La Tertulia no está en funcionamiento. Todos sus miembros reponen fuerzas
para el próximo curso, unas a la orilla del mar, otras en tierras de Castilla,
algunas, afortunadas, de viaje por el extranjero, quizás alguna haya decidido
hacer el camino de Santiago o este de crucero. Somos tantas y tan variadas en
nuestros gustos, que lo mismo las hay disfrutando en su domicilio habitual de
una buena lectura, con las piernas en alto y el aire acondicionado a tope. Otras,
rodeadas de nietos, cocinan y cocinan.
Para gustos, los colores, pero hay algo, que a pesar de estar de
vacaciones, no solo no descansa, sino que a veces echa humo de tanta actividad.
Me refiero al whasapps.
A lo largo de este verano no solo está activo, es algo más, es...
un boletín informativo de las actividades que puedan resultar interesantes en
Cartagena, en Cabo de Palos o dondequiera que haya un concierto, una exposición
o un estreno. Otras veces se convierte en galería fotográfica de amaneceres o
puestas de sol gracias a Carmen. A media tarde parece el consultorio de la Srta.
Pepi con sugerencias o consejos y otras veces nos convertimos en críticos de
arte, de literatura, de política o de religión ¡y eso que tenemos dicho que
ciertos temas no se tocan...!
¡Qué gran labor cumple nuestro whatssap! ¡Nos tiene enganchadas! Y
no es que nos apetezca estar continuamente en ello, pero es que es mucho peor
no leer los mensajes, porque cuando lo abres descubres horrorizada que hay más
de cien comentarios y, claro, para aclararte de que se trata... tienes su
cumplir la penalización de leer desde el principio.
Pero todo se da por bien empleado. El cordón umbilical de esta
tertulia no se corta, sigue alimentando la curiosidad y el interés de este gran
grupo.
Postdata:
disculpar los errores ortográficos o de edición, pero estoy escribiendo en la
tablet a la orilla del mar.
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