sábado, 5 de noviembre de 2016

No todo es blanco o negro




Todo no es blanco o negro. Todo no es bueno al cien por cien ni malo al cien por cien. Todas las cosas de esta vida tienen matices y eso es lo bueno. Como dice el dicho: “Para gusto, los colores” y ciertamente si a todos nos gustaran las mismas cosas y rechazáramos todos lo mismo, esta vida sería muy aburrida.
Viene esto al caso de la charla que nos dio el pasado jueves nuestra amiga y tertuliana Danielle sobre las redes sociales de Internet. Fue una explicación pormenorizada de las diferentes maneras en las que nos podemos comunicar desde nuestro mejor sillón de casa con el mundo exterior. Nos habló de la rapidez, de la variedad, de cómo conocemos todo de todos al instante.
Terminada su bien preparada explicación se inició un debate muy intenso y extenso donde cada una de las participantes en la tertulia dio su opinión y es ahí donde tiene que ver lo que he escrito al principio: TODO NO ES BLANCO O NEGRO
Hubo momentos a lo largo de la tarde en la que me sentí trasladada a mis años de adolescente, cuando mantenía con mis padres diálogos muy similares a los que estaba escuchando. Recordaba la cantidad de peligros que me acechaban en la calle si no volvía antes de las nueve de la noche, recordaba la vigilancia que me aconsejaban tener al beber una coca cola por si me habían añadido alguna droga para violarme a continuación y me acordaba de las broncas familiares por querer ir a los guateques, ¡aquellos bailes llegados de América!, por querer llevar pantalones, por ir al cine con amigos…
Os juro que el jueves me sonreía al escuchar a algunas compañeras que tan solo veían lo malo, lo peligroso y lo dañino de las redes sociales. Me parecía escuchar a mis mayores dándole a la cabeza y asustados porque me subía a la moto o al coche de algún amigo ¡con los peligros que tiene la carretera!
Perdonarme por decir todo esto, pero fue una tarde muy divertida. La vida tiene esto, que avanza más rápido de lo que podemos avanzar nosotros. Cuando descubrimos la televisión, llega el video, el DVD. Cuando aprendemos a manejar las casetes llegan los CDs, cuando conseguimos mandar un correo electrónico a un familiar o amigo lejano aparece el WhatsApp, el Facebook o cualquiera de las más de treinta redes (tal vez muchas más) que funcionan por Internet.
¿Que tienen peligro? ¡Claro que sí! Como conducir, como viajar en avión, como sacar dinero de un cajero a las doce de la noche, pero todo ello nos facilitan la vida, nos comunican con el mundo, nos permite tener en nuestras manos toda la cultura, todo el conocimiento: la música, el arte, la historia…
Recuerdo cuando compré mi primer microondas como me advertían de los terribles peligros a los que me iba a exponer. Las lavadoras que iban a estropear nuestra ropa. Hablaban de teléfonos en los que hablabas y te podía escuchar la vecina…
Siglo XXI: Queramos o no queramos esto es lo que hay. Sopesemos los riesgos, calculemos el valor de las ventajas que nos aportan los medios y utilicemos todos estos recursos que se nos ofrecen para continuar viviendo en este planeta.
En el término medio está la virtud

No hay comentarios:

Publicar un comentario