No todo es blanco o negro
Todo no es
blanco o negro. Todo no es bueno al cien por cien ni malo al cien por cien.
Todas las cosas de esta vida tienen matices y eso es lo bueno. Como dice el
dicho: “Para gusto, los colores” y ciertamente si a todos nos gustaran las
mismas cosas y rechazáramos todos lo mismo, esta vida sería muy aburrida.
Viene esto al
caso de la charla que nos dio el pasado jueves nuestra amiga y tertuliana
Danielle sobre las redes sociales de Internet. Fue una explicación pormenorizada
de las diferentes maneras en las que nos podemos comunicar desde nuestro mejor
sillón de casa con el mundo exterior. Nos habló de la rapidez, de la variedad,
de cómo conocemos todo de todos al instante.
Terminada su
bien preparada explicación se inició un debate muy intenso y extenso donde cada
una de las participantes en la tertulia dio su opinión y es ahí donde tiene que
ver lo que he escrito al principio: TODO NO ES BLANCO O NEGRO
Hubo momentos
a lo largo de la tarde en la que me sentí trasladada a mis años de adolescente,
cuando mantenía con mis padres diálogos muy similares a los que estaba
escuchando. Recordaba la cantidad de peligros que me acechaban en la calle si
no volvía antes de las nueve de la noche, recordaba la vigilancia que me
aconsejaban tener al beber una coca cola por si me habían añadido alguna droga
para violarme a continuación y me acordaba de las broncas familiares por querer
ir a los guateques, ¡aquellos bailes llegados de América!, por querer llevar
pantalones, por ir al cine con amigos…
Os juro que el
jueves me sonreía al escuchar a algunas compañeras que tan solo veían lo malo,
lo peligroso y lo dañino de las redes sociales. Me parecía escuchar a mis
mayores dándole a la cabeza y asustados porque me subía a la moto o al coche de
algún amigo ¡con los peligros que tiene la carretera!
Perdonarme por
decir todo esto, pero fue una tarde muy divertida. La vida tiene esto, que
avanza más rápido de lo que podemos avanzar nosotros. Cuando descubrimos la
televisión, llega el video, el DVD. Cuando aprendemos a manejar las casetes
llegan los CDs, cuando conseguimos mandar un correo electrónico a un familiar o
amigo lejano aparece el WhatsApp, el Facebook o cualquiera de las más de
treinta redes (tal vez muchas más) que funcionan por Internet.
¿Que tienen
peligro? ¡Claro que sí! Como conducir, como viajar en avión, como sacar dinero
de un cajero a las doce de la noche, pero todo ello nos facilitan la vida, nos
comunican con el mundo, nos permite tener en nuestras manos toda la cultura,
todo el conocimiento: la música, el arte, la historia…
Recuerdo
cuando compré mi primer microondas como me advertían de los terribles peligros
a los que me iba a exponer. Las lavadoras que iban a estropear nuestra ropa.
Hablaban de teléfonos en los que hablabas y te podía escuchar la vecina…
Siglo XXI: Queramos
o no queramos esto es lo que hay. Sopesemos los riesgos, calculemos el valor de
las ventajas que nos aportan los medios y utilicemos todos estos recursos que
se nos ofrecen para continuar viviendo en este planeta.
En el término
medio está la virtud
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