viernes, 19 de febrero de 2021

LITERATURA ESPAÑOLA Y EL BARROCO

 

En Tertulia Athenea seguimos con nuestra fantástica Literatura Española, en nuestros Jueves Literarios.


La Literatura del Barroco, o literatura barroca, es un estilo literario europeo que se desarrolló durante el siglo XVII en España. Se caracterizaba por el triunfo de la ornamentación, los juegos de palabras, la búsqueda de la emoción y el placer estético.


El Barroco español, tiene lugar en el siglo XVII durante el reinado de los reyes católicos, Felipe III, Felipe IV y Carlos II, y presenta una verdadera explosión de las artes plásticas y la literatura en un estilo propio de abundancia de formas y temáticas sociales atrevidas.


A finales del siglo XVI, la situación social y política de España predispone a los escritores a imbuirse de lleno en este movimiento: la crisis social, el hambre, la peste, la desigualdad, los pícaros, los mendigos, las miserias, etc. Todos estos temas son llevados a la literatura; es una situación apropiada para que nazca esa literatura cuyos cimientos están en la decepción, en el desengaño, en lo poco que valen las grandezas de este mundo. Abarca aproximadamente desde las obras iniciales de Luis de Góngora y Lope de Vega, en la década de 1580, hasta bien entrado el siglo XVIII. El siglo más característico del Barroco literario español es el XVII, en el que alcanzan su cenit, prosistas como Baltasar Gracián y Francisco de Quevedo, dramaturgos como Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca , Juan Ruiz de Alarcón , Sor Juana Inés de la Cruz,  o la producción poética de los citados Quevedo, Lope de Vega y Góngora.


En el Barroco español nos encontramos grandes figuras y obras literarias.
Nuestro Barroco se sitúa en el siglo XVII, tras el optimismo del Renacimiento nos encontramos con una situación crítica en el país, un hecho que influenció enormemente la mirada de los autores y sus obras, donde se habla del desengaño, preocupación por el paso del tiempo y el pesimismo.
En este siglo hubo grandes obras y autores, vamos a destacar esta semana, una parte de las grandes figuras literarias de la época, por nuestras tertulianas participantes, agradeciendo a todas su colaboración.



Aurora Morancho expone a..


Luis de Góngora y Argote - Córdoba  España.. 11 de julio 1561- id., 23 de mayo 1627.
Fue el poeta y dramaturgo más original  e influyente de todo el  Siglo de Oro español. Máximo exponente de la corriente literaria conocida más tarde, y con simplificación perpetuada durante siglos, como culteranismo o gongorismo, cuya obra será imitada a lo largo de los siglos en Europa y América.
Definición: El culteranismo es una escuela literaria barroca derivada del conceptismo. Los escritores culteranos ponen mayor énfasis en la forma y en la estética que en el contenido, por lo que algunos críticos afirman que se adelantan al concepto del arte por el arte.

En 1603 se hallaba en la corte, que había sido trasladada a Valladolid, buscando con afán alguna mejora de su situación económica. En esa época escribió algunas de sus más ingeniosas letrillas, trabó una fecunda amistad con Pedro Espinosa y se enfrentó en terrible y célebre enemistad con su gran rival, Francisco de Quevedo.

Instalado definitivamente en la corte a partir de 1617, fue nombrado capellán de Felipe III, lo cual, como revela su correspondencia, no alivió sus dificultades económicas, que lo acosarían hasta la muerte.
A pesar de que no publicó en vida casi ninguna de sus obras poéticas, éstas corrieron de mano en mano y fueron muy leídas y comentadas.

En sus primeras composiciones (hacia 1580) se adivina ya la implacable vena satírica que caracterizará buena parte de su obra posterior. Pero al estilo ligero y humorístico de esta época se le unirá otro, elegante y culto, que aparece en los poemas dedicados al sepulcro de El Greco o a la muerte de Rodrigo Calderón. En la Fábula de Píramo y Tisbe (1617) se producirá la unión perfecta de ambos registros, que hasta entonces se habían mantenido separados.

Entre 1612 y 1613 compuso los poemas extensos, Soledades y la Fábula de Polifemo y Galatea, ambos de extraordinaria originalidad, tanto temática como formal. Las críticas
llovieron sobre estas dos obras, en parte dirigidas contra las metáforas extremadamente recargadas, y a veces incluso «indecorosas» para el gusto de la época. En un rasgo típico del Barroco, pero que también suscitó polémica, Góngora rompió con todas las distinciones clásicas entre géneros lírico, épico e incluso satírico.
(Góngora, junto a Lope de Vega y (su archienemigo) Quevedo, son los nombres que sostienen el llamado Siglo de Oro de la Poesía Española. Sus vidas se cruzaron en el barrio de las Letras, en el corazón de Madrid, donde los tres, y otros autores como Cervantes, tuvieron su residencia durante años).
Juan de Jáuregui compuso su Antídoto contra las Soledades y Quevedo lo atacó con su malicioso poema.. Quien quisiere ser culto en sólo un día... Sin embargo, Góngora se felicitaba de la incomprensión con que eran recibidos sus intrincados poemas extensos: «Honra me ha causado hacerme oscuro a los ignorantes, que ésa es la distinción de los hombres cultos».

El estilo gongorino es sin duda muy personal, lo cual no es óbice para que sea considerado como una magnífica muestra del culteranismo barroco.
Su fama fue enorme durante el Barroco, aunque su prestigio y el conocimiento de su obra decayeron luego hasta bien entrado el siglo XX, cuando la celebración del tercer centenario de su muerte (en 1927) congregó a los mejores poetas y literatos españoles de la época (conocidos desde entonces como la Generación del 27: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Luis Cernuda y Miguel Hernández, entre otros) y supuso su definitiva revalorización crítica.

Uno de sus más famosos romancillos de su niñez, es el poema..

Hermana Marica,
mañana que es fiesta
Iremos a misa,
veremos la iglesia
Y en la atardecida,
en nuestra plazuela,
jugaré yo al toro
y tú a las muñecas.
Y si quiere madre
dar las castañetas
podrás tanto de ello
bailar en la puerta.
Y al son del adufe
cantará Andrehuela.
Jugaremos cañas
junto a la plazuela.





Dulce expone a:


Lope Félix de Vega y Carpio nació en Madrid el 25 de noviembre de 1562. Hijo de un humilde maestro bordador.
Tuvo cuatro hermanos, Francisco, Juliana, Luisa y Juan.
Era un niño muy precoz, leía latín y castellano ya a los 5 años.
Fue uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro español.
Es padre de la también dramaturga Marcela de San Félix.
Se le atribuyen unos 3.000 sonetos, escribió novelas, epopeya, comedias
Durante su vida fue un hombre, aficionado a los amoríos. En total tuvo 15 hijos documentados entre legítimos e ilegítimos.
Lope y Cervantes compartieron amistad hasta, que los celos corroyeron su relación hasta fulminarla.
El 24 de mayo de 1614  fue ordenado sacerdote.
Lope no dejó de escribir, hasta 4 días antes de su muerte, acaecida el 27 de agosto de 1635.
Su entierro se convirtió en un homenaje multitudinario.

En cuanto a temas y géneros literarios, Lope tenía su particular estilo de escritura. Una de las principales características de la obra de Lope de Vega es el hecho de que todo acontece alrededor de la trama. En muchos casos, toma prestados elementos de la Historia de España por encima de otros temas.
En la época de Lope de Vega existían el teatro cortesano, el teatro religioso y el teatro popular. El primero, que se representaba en los palacios reales, y el religioso tenían lugar durante el día.
Sin duda, si hay que destacar obras importantes de Lope de Vega, algunas de las más renombradas son Fuenteovejuna o El perro del hortelano. Pero no nos podemos olvidar de otras de gran importancia como Amarilis, El Caballero de Olmedo, Peribáñez y el Comendador de Ocaña o El Castigo sin venganza.

Un Poema suyo titulado.:
Ya no quiero más bien que sólo amaros

Ya no quiero más bien que sólo amaros
ni más vida, Lucinda, que ofreceros
la que me dais, cuando merezco veros,
ni ver más luz que vuestros ojos claros.

Para vivir me basta desearos,
para ser venturoso conoceros,
para admirar el mundo engrandeceros

y para ser Eróstrato abrasaros.

La pluma y lengua respondiendo a coros
quieren al cielo espléndido subiros
donde están los espíritus más puros.

Que entre tales riquezas y tesoros
mis lágrimas, mis versos, mis suspiros
de olvido y tiempo vivirán seguros.


De Margarita Bilbao.

Francisco Gómez de Quevedo. Madrid 14 septiembre 1580- Villanueva de los Infantes 8 septiembre 1645.

Quevedo como hombre es muy popular en España. Convertido por muchos otros escritores, entre ellos A. Perez-Reverte, en personaje de sus ficciones, su figura ha devenido en mito de carácter mudable: ora espadachín, ora galán, ora soñador utópico. Como escritor no se puede decir lo mismo. Buena parte de su obra es imposible que sea popular. Su complejidad lo impide. Solo alguien muy versado en mitología puede penetrar cómodamente en ella. Varios años de su vida los dedicó a la actividad política como mano derecha del Duque de Osuna, quien fue nombrado virrey de Sicilia en 1610 y de Napoles en 1616. Parte de su obra versa sobre pormenores de la política imperial española en Italia, donde residió largamente, siendo de gran valor documental para historiadores eruditos. Su obra mas literaria, que podríamos calificar de accesible al gran publico, topa con el enorme problema de su falta de gracia y calidez. El también escritor y crítico Antonio Espina señala:

 

"Junto a la riqueza lírica, se encuentra el mas grave de los defectos de Quevedo como literato y como artista. No hay en el emoción humana. Ni patetismo sentimental ni alegría. Porque tampoco existe alegría en la obra humorística de Quevedo, a pesar de sus chanzas y sarcasmos". Su gran imaginación , dominio de la metáfora , ingenio sin igual y conocimiento profundo del idioma y de como retorcerlo logran un grandisimo escritor, maestro de escritores. La inmensa mayoría, que no buscamos a las musas en la lectura, sino simple deleite y placer, haremos bien en buscarlos en otros genios de nuestra rica literatura.





Carmen Rosique nos aporta:

GARCILASO DE LA VEGA.
El siglo de oro ocupa desde 1492 a1659 (cuando se editó la gramática de Nebrija, o hasta la muerte de Calderón en 1681) más o menos los siglos XVI y XVII en la España Imperial de los Austrias.
Se desarrollan el Renacimiento y el Barroco en el marco de la Contrarreforma religiosa (intento de mantener el catolicismo frente a las reformas religiosas del norte de Europa como el Luteranismo, el Calvinismo o el Anglicanismo) fue una época condicionada por el descubrimiento de América. Y la invención de la imprenta tuvo gran repercusión en la literatura del siglo de oro.
En poesía hay que destacar los versos de Garcilaso de la Vega con un fuerte componente clásico. De inspiración pagana, ya sea mitología, temas amorosos o naturalistas. Escribió sonetos además de otros géneros y su innovación fue utilizar el verso endecasílabo en lugar del dodecasílabo. La aliteración y los epítetos son la clave de su estilo.



A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro oscurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
(La escultura es de Bernini)





Sole nos comparte un poema muy bonito del gran autor Luis de Góngora, habla de..

Los lamentos de una joven ante su madre porque el amado se va a la guerra; a pesar de que la estrofa introductoria se sitúe en un momento posterior, cuando ya el joven ha muerto.

La más bella niña

La más bella niña
de nuestro lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos               
a la guerra van
a su madre dice,
que escucha su mal:
«Dejadme llorar
Orillas del mar

»Pues me distes, madre,
en tan tierna edad
tan corto el placer,
tan largo el pesar,
y me cautivaste 
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad,
Dejadme llorar
Orillas del mar

»En llorar conviertan
mis ojos, de hoy más,                         
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden 
mejor ocupar,
yéndose a la guerra
quien era mi paz,
Dejadme llorar Orillas del mar.

                                                  

»No me pongáis freno
ni queráis culpar,
que lo uno es justo,

lo otro por demás;
si me queréis bien,
no me hagáis mal;
harto peor fuera
morir y callar,
Dejadme llorar
Orillas del mar


HASTA  AQUI LA PRIMERA PARTE DE" LITERATURA EN EL BARROCO ESPAÑOL" PARA EL JUEVES 18 DE FEBRERO 2021.


1 comentario:

  1. Me ha encantado volver a leer el principio de Hermana Marica. En mis años mozos, cuando tanta importancia se le daba al memorismo, lo aprendi a recitar igual que el romance del Conde Olinos o el soliloquio de Segismundo.¡Que gran diferencia entre aquellos tiempos y estos! Ahora vamos a Internet y como todo está allí no hay razón para memorizar nada.

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