Breve historia de la traducción
Constance Garnett
Hoy me toca reseñar el tema
que el pasado jueves nos presentó nuestra compañera Josefina Pedreño.
Nos ha explicado los orígenes de la traducción, su importancia y necesidad. No basta con conocer un idioma para trasladar los textos de un idioma a otro, sino que lo más importante es comprender el significado que el autor ha querido dar a su texto. Desde la más lejana antigüedad el hombre ha querido conocer el mensaje oculto en los escritos de otros.
Nos parece que la profesión de traductor es algo actual,
pero las primeras traducciones nos trasladan hasta 3000 a. C. La necesidad de
dar a conocer la Biblia hizo que apareciesen las primeras traducciones, aunque
fue en la época romana cuando aparecieron las primeras traducciones firmadas y
el primer traductor cuyo nombre conocemos es el esclavo griego Livius
Andronicus alrededor del 240 a.C.
La epopeya de Gilgamesh se
tradujo a varios idiomas del Oriente Próximo 2000 años antes de Cristo y la
necesidad de transmisión de la biblia entre los diferentes pueblos de la antigüedad
hizo que apareciesen las primeras traducciones escritas.
Nos ha seguido hablando
nuestra amiga y tertuliana de la Malinche en México o Sacajawea en el Oeste de
los Estados Unidos como paradigmas de la necesidad de interpretar los textos a
los nuevos colonizadores.
Seguidamente nos ha hablado
sobre la piedra Rosetta, la cual represento para la humanidad un gran avance y
aunque hayan pasado casi 218 años, hasta el día de hoy continúa siendo
considerado el descubrimiento arqueológico más importante de todos los tiempos.
La piedra Rosetta es un bloque de roca granítica,
de color gris oscuro, que pesa aproximadamente unos 750 kilos y que fue hallada
por las tropas napoleónicas en 1799.
Por último nos ha descrito la
vida y obra de Constance Garnett, traductora inglesa de literatura rusa. Fue la
primera persona que tradujo a León Tolstoi, Fiodor Dostoyevski y Antón Chejov a
la lengua inglesa Garnett llego a traducir durante su carrera un total de 70
obras de literatura rusa a la lengua inglesa. Sin embargo, su trabajo no estuvo
exento de críticos como Nabokov o Brodsky ya que cuando ella no entendía el significado
de una palabra, simplemente la omitía.
Una tarde más hemos disfrutado
de nuevos temas. Siempre hay algo que aprender. Gracias Josefina.
Siento mucho no haber podido estar presente ya que como traductora moderna hubiese podido contar os unas anécdotas. Bravo para Fina que me enseñó los orígenes de una profesión que me gusta.
ResponderEliminarDM
ResponderEliminarGracias Carmina por tu magnífica exposición del último tema que tuvimos que además lo has escrito en Mayúsculas para más facilidad al leerlo
ResponderEliminarA Fina ya se le aplaudió " in situ'
Athenea sigue adelante pese al tiempo trascurrido.
Para las nuevas les diremos que existimos desde 1996 y ahora encantadas de acoger a nuevas tertulianas