domingo, 25 de marzo de 2018

Desde la rampa hasta la Salve

Puesto que estamos de nuevo en Semana Santa, voy a recordar algunos momentos vividos por mí en diferentes primaveras.


la rampa

Esta noche he llegado muy tarde a la puerta de Santa María y desde donde me encuentro no podré ver bien la entrada de la procesión. Me rodean por todas partes grupos de familias y amigos que han venido con tiempo para poder cantar la Salve. Yo he venido sola, pero estoy a gusto, escuchando a todos los que me rodean, que hablan y hablan alto, sin pudor a pesar de estar en público. Unos cuentan lo que hicieron anoche, otros lo que han visto hoy, con quien han hablado esta tarde y a quien hace mucho que no ven. Todos se creen con derecho a opinar sobre nuestra Semana Santa. Los hay derrotistas y críticos y también los hay que protestan ante cualquier novedad. Esto es como un foro público donde todo el mundo tiene derecho a opinar y a exponer sus teorías.
Junto a mi hay una niña pequeña dormida en los brazos de su abuela, se despierta al oír los tambores que anuncian la entrada de la procesión y al ver los primeros penitentes con sus capuces, oculta la cabeza temerosa en el hombro amigo y finge dormir de nuevo.
No veo La Rampa, pero sé que esta vieja y ajada por el uso y el tiempo. Sobre ella han entrado y salido los tronos vacíos… con ruedas… llevados por cientos de hombres… cargados de flores… La rampa conoce del paso liviano de niños vestidos con túnicas nuevas, de viejas promesas cumplidas, de tercios marciales. Le ha llovido y le ha acariciado el sol.
Yo quiero a esta rampa porque ella está unida a recuerdos felices y tristes de todos nosotros. Permanece impasible y nadie lo sabe pero ella es testigo de tantas vivencias. ¡Cuántas cosas habrá visto y oído esta nuestra rampa! ¡Carreras con barro en las zapatillas, rabia contenida en noches de lluvia! ¡Suspiros de alivio! ¡Cuántas lágrimas habrá recogido esta rampa que ahora espera impaciente la entrada de aquellos cofrades, Damas, nazarenos, penitentes y todo el cortejo que acompaña a María en su recorrido!
Sigo sin ver nada desde mi lugar, pero ya que mis ojos no me sirven hoy, pediré a la Rampa que me vaya diciendo en susurros lo que está ocurriendo:

-Ya oigo tambores, ya vuelven.
-Este vigoroso paso que siento ahora en mi es el de los granaderos cruzándose entre ellos, igual que cuando salieron.
-Ahora noto el leve y tierno pasar de los cientos de menudos nazarenos, cansados y emocionados acariciando mis tablas con sus pequeñas varas.
-Ya empiezo a escuchar las bandas.
-Los tercios van regresando.
-Las damas con sus rosarios, el rumor de sus plegarias y el roce de las mantillas me hacen sentir hormigueos por mi cuerpo.
-Noto el chasquido metálico de armaduras que me informan del paso de los “judíos” y el silencio que acompaña la entrada de ese Yacente que casi no siento en mí.

La muchedumbre me envuelve y no me deja ver nada, pero sé que está cerca la llegada de la Virgen. Se han acabado las vacías charlas de antes que oía a mí alrededor. La niña que antes dormía, se incorpora y aupada sobre los fuertes brazos de su padre observa. No vemos desde aquí nada pero todos alzamos ansiosos nuestras cabezas intentando ver antes que nadie la llegada de La Soledad. Ya se ve la luz, se percibe el olor del incienso y el perfume de flores que anuncian que llega.
Todo es un clamor y de pronto el silencio y La Salve y la niña que empieza a llorar sorprendida del cambio observado mirando a sus padres cantar y el grito de ¡Viva la Virgen!

-Pisadas de recios varones que traen de regreso, en volandas casi, a la Madre.
-Oigo palmas, oigo vítores, ahora el silencio y una voz que inicia la Salve y miles de voces que cantan.
-Siento el peso cansado de los portapasos recorrerme subiendo y bajando, al compás cadencioso de la plegaria cantada y los vivas y las palmas y la puerta que se cierra y el silencio y el final de la noche más hermosa.

Todo parece que ha terminado, pero aun no me iré. Antes de marcharme, paseare despacio y hablando en voz alta con otros, le comentaré a la vieja rampa todas esas cosas que ella no ha podido ver de la procesión  y al andar sobre ella sentiré lo mismo que han sentido otros esta hermosa noche al pisar el tramo gastado y ajado pero emocionante de esta vieja rampa.




La noche del encuentro

         Me pides que escriba un pequeño articulo para Capirote, que tenga ese espíritu marrajo que tus lectores esperan encontrar, y yo quisiera responder a tu petición pero insisto una y otra vez en que yo no soy marraja de nacimiento. Mi abuelo nación en La Unión y nunca perteneció a ninguna Agrupación, a diferencia de la mayoría de los abuelos de aquellos que reciben Capirote.
         Cualquiera de ellos ha tenido la suerte de vivir muchas experiencias maravillosas año tras año.
         ¿Cómo quieres que y les hable a estas personas, por ejemplo, de lo que significa ir a la Pescadería, por la acera oscura del paseo del Muelle  al as tres de la mañana y encontrar al Jesús bajo el porche aquel y encontrar su mirada? ¿Cómo describir el estremecimiento que produce oír las saetas junto a Los Caños, escuchar los primeros compases de la marcha del Titular que marca la salida hacia El Pinacho?
         El auténtico marrajo, ha bajado presuroso desde Bastarreche hasta El Lago, muchas veces para buscar un buen sitio que le permita ver El encuentro en todo su esplendor y sabe lo que es aguantar el plantón y los empujones y el luchar por el sitio de mejor perspectiva.
         Yo no puedo atreverme a contarle a ese cartagenero lo que se siente cuando junto al Palacio de Aguirre se acercan y se alejan para volver a juntar las imágenes del Jesús y de La Virgen, se oyen los cohetes, el himno nacional, la Salve, los aplausos y los gritos incansables y afónicos de los portapasos, y esos abrazos entre nazarenos, esas palomas aturdidas y ese seguir por la calle del Duque con la expresión cansada pero festiva y alegre que solo aquel que lo ha vivido sabe entender.
         ¿Cómo intentar describir la sensación que produce mirar desde Campos hacia arriba y descubrir el amanecer y los pájaros y el color de las túnicas y las capas de esos tercios que abren l procesión de la madrugada?
         ¿Quién no se ha enternecido contemplando la expresión de sueño y fatiga que se ve en los ojos de esos niños que han pasado toda la noche en vela, que se apoyan en sus varas, levantando alternativamente sus tiernos piececillos y disimulan su sueño y su fatiga para poder contar  a sus amigos del “cole” que ellos vivieron El Encuentro como sus mayores?
         Todas esas cosas que a mí me emocionan año tras año, son cosas menudas que el marrajo ausente, igual que el presente, que el viejo o el joven, la mujer o el niño sienten cada vez que pasan la noche del jueves al viernes, sin apenas notarlo, recorriendo el camino que va desde el muelle a La Pescadería, desde El Pinacho al Lago y desde aquí hasta la iglesia para acompañar a Jesús y a María en su noche de dolor y agonía.

         Cualquiera de ellos sería capaz de contar mejor que yo la satisfacción y el orgullo que se siente esa noche de ser MARRAJO DE TODA LA VIDA.



Llegó el vestuario

Alguien acaba de traer a casa unas cajas grandes y blancas, con unos nombres escritos en los costados Las hemos depositado con toda delicadeza y apartando lo que estorba, sobre la mesa del comedor y hemos ido abriéndolas, una tras otra, como si se tratara de un regalo sorpresa, emocionados, aun sabiendo cuál es su contenido.
Al quitar la tapa de cada una de ellas, aparece un raso negro, doblado con pulcritud, medio oculto bajo otra prenda de lana blanca. No tocamos nada, sólo miramos su interior y como cada año, siguiendo un ritual preestablecido, abrimos el armario de siempre… hacemos un hueco amplio en él, buscamos las perchas de siempre… y empezamos a vaciar la preciada carga, como siempre…
Con el extremo de unas pequeñas tijeras vamos deshaciendo las puntadas del hilván que mantenía prendido el papel de seda que hace casi un año colocamos protegiendo los bordados del capuz y de la capa.
Primero disponemos el capuz, acomodándolo terso y sin arrugas, luego la túnica y por último la capa. Dudamos y no podemos resistir la tentación de volver a descolgarla y colocarla sobre nuestros hombros. Una mirada al espejo de soslayo, una vuelta muy lenta y canturreando suavemente una música de siempre, sin apenas mover los pies del sitio, observamos cómo se mece ondulante el amplio vuelo de su bajo.
La volvemos a colgar, acariciando un instante el rojo escudo, donde descubrimos leves huellas de lluvias pasadas. Está limpia, pero nuestros ojos son capaces de detectar esos restos sutiles que nadie más sería capaz de ver.
Conocemos cada palmo de esta capa, tocamos las cintas del cuello, quizás haya que cambiarlas. ¡Son tantos años de anudar fuertemente para que no se deslice y se mantenga correctamente en su lugar! Por fin vuelve a su percha, la colgamos con desgana y regresamos donde las cajas. Con ojo experto hacemos inventario de su contenido: guantes, manguitos, fajín, hebillas… no falta nada, está todo.
Repetimos la tarea de descubrir el bordado del cíngulo, repasar el estado en que se encuentra de brillo y esplendor. Sigue igual de hermosos como el primer día. Ya vacías, cerramos las cajas para guardarlas en el mismo lugar de todos los años y mientras lo hacemos ya estamos programando mentalmente el día y la hora en que vamos a plancharlo todo. Debe hacerse con tiempo suficiente para evitar imprevistos, probarse el capuz, ajustar las cintas, limpiar las hebillas, comprar imperdibles. Todo igual que el año pasado y el otro y el otro.
Quiera Dios que podamos realizar por mucho tiempo este quehacer sencillo, sin importancia, monótono, pero maravilloso, que no por muchas veces repetido, siempre nos sorprende y emociona cada vez que lo vivimos.



BALCONES

Cuando recorremos las calles de nuestra ciudad, en los días grandes de nuestra Semana Santa, muchas veces miramos a ciertos balcones con algo de envidia, ¿verdad? Son balcones de casas antiguas que están situados estratégicamente al paso de las procesiones. Ni muy altos ni muy bajos, lo justo. Y al pasar ante ellos pensamos: "Que buen sitio para ver la salida, para comprobar cómo marchan los tercios, como toman las curvas, observar con detalle la belleza de nuestras imágenes, el arreglo floral". Y si no cuando vemos los balcones repletos de gente que canta la Salve a la puerta de Santa María...
Los balcones de nuestra ciudad permanecen el resto del año cerrados, pero en esos días aparecen ocupados, casi siempre, por forasteros que acuden atraídos por lo que han oído contar y los dueños orgullosos les muestran y explican los detalles de cada momento a lo largo de la noche.
Ya sé que nosotros preferimos la calle repleta de gente, la esquina donde el aire siempre sopla molesto, esa silla incómoda desde donde podemos saludar a los conocidos y "amonestar a los nenes que tocan los bordados de los penitentes". Pero a veces a mí se me escapan miradas celosas a aquellos balcones, y entonces recuerdo:
Cuando yo era niña veía pasar los desfiles desde alguno de esos balcones. Había que llegar muy temprano, cruzando entre la gente que buscaba su lugar en la calle y orgullosa cruzaba entre ellas para entrar al portal. ¡Qué miradas me echaban! Luego arriba me asomaba a esperar que los carros de globos, pipas, cocos y otras chucherías me avisaran de que se acercaban los municipales abriendo "carrera".
  
Dentro de la casa se hablaba de todo. Los dueños, mis tíos, mostraban gustosos a los visitantes objetos curiosos, postales o fotos que hacían referencia a temas siempre relativos a nuestra sin par Semana Santa y yo silenciosa escuchaba y aprendía cosas que luego he contado a otras personas.
La casa tenía, todavía los tiene, nueve o diez balcones orientados en tres direcciones lo que permitía ver llegar desde lejos la procesión, luego de frente y después alejarse de espaldas las líneas perfectas de hachotes y capas escoltando las solemnes imágenes envueltas en luces y flores. Los mejores sitios eran para aquellas familias de fuera que llegaban a casa por primera vez y mi tío les iba explicando, detalle a detalle, todo lo que estaba ocurriendo ante ellos.
Nosotros, la gente menuda, no teníamos sitio asignado. Se nos permitía ir de un balcón a otro, pero sin correr ni molestar a los visitantes y sobre todo sin tocar nada de los cientos de objetos curiosos, pequeños y bellos que los muchos años de vivir de cerca la Semana Santa había ido depositando sobre estantes y mesas.
         Yo, allí arriba, a veces me cansaba, me aburría y envidiaba el contacto directo que aquellos de abajo tenían al paso de los nazarenos, los saludos, la entrega discreta de tarjetas o algún caramelo y entonces mi tío pasaba por nuestros balcones y nos obsequiaba con pequeñas golosinas para confortarnos.
Ciertamente, desde arriba, no podíamos reconocer a nadie ni ver los detalles menudos de las capas, sudarios o tronos, pero en cambio recuerdo la proximidad de las bellas imágenes, la riqueza de los mantos de la Vírgenes, el aroma de las flores, el perfecto desfile de los tercios, la contemplación armoniosa del conjunto y aún ahora no tengo muy claro que me gusta más: ¿La calle o el balcón?...

Cada cosa tiene sus ventajas y aunque suelo verlas en la calle, yendo de una parte a otra, hay veces que añoro esos años y aquellos balcones. ¿Tal vez por los caramelos que nos daba mi tío? ¡Quién sabe!







jueves, 15 de marzo de 2018

""DE RUBENS A VAN DYCK""

Buscar la pintura y hallar la poesía.""




Colección Gerstenmaier.  Hans Rudolf Gerstenmaier y  óleo Virgen de Cumberland de Rubens.


España me ha abierto las puertas del coleccionismo.

Que mejor manera de iniciar esta introducción que utilizar las propias palabras de Rodolfo Gerstenmaier, empresario alemán afincado desde hace muchos años en España, y gran coleccionista de pintura.
Gerstenmaier, como los grandes coleccionistas de antaño, empezó a coleccionar " buscando lo bello" priorizaba su gusto personal por encima de otras consideraciones.
Su colección se ha convertido en unas de las más interesantes e importantes del panorama español.
En treinta años ha conseguido reunir más de doscientas pinturas europeas de diversas escuelas y procedencias, destacando poderosamente la pintura flamenca.


Uno de sus grandes méritos, de este singular y apasionado coleccionista, es que la mayoría de sus obras han sido adquiridas, en casas de subastas, galerías y anticuarios, circunstancia que le ha permitido recuperar piezas que se encontraban en el olvido, y así tambien evitar, que algunas de estas obras saliesen de nuestro Pais.


Una  representación de Tertulia Athenea, no podía dejar la gran oportunidad de visitar esta exposición en la ciudad de Murcia. Siendo dirigida por nuestra coordinadora Encarnita Garcia.

 





RUBENS.
Dicha Muestra está expuesta en el   Museo de Las Claras, y  organizada por la Fundación Caja Murcia, comisariada por Marisa Oropesa y Maria Toral.

VAN DYCK.
                                                                                                        




Esta exposición se centra en la Escuela Flamenca a traves de grandes maestros como Rubens, Van Dyck, Brueghel, Martín de Vos, Joost de Momper o Kessel.
La muestra acoge 70 piezas entre óleos y obra gráfica,  del siglo XV al XVIII, que se presentan como un conjunto que ayuda a entender cuáles fueron las aportaciones del mundo flamenco a la cultura visual europea de la Edad Moderna.

La selección realizada para la ocasión abarca distintos géneros para profundizar mejor en las principales características de los artistas representantes de la época.
De esta forma, las pinturas religiosas, los retratos, los bodegones,los temas mitológicos y las naturalezas muertas se mezclan en esta colección logrando una armoniosa diversidad. 
Paso a continuación obras que estan expuestas en la muestra y algunas que se aportan de otras exp.







                 


 =====        ======          ========   ======   =====      ======














 







Adan y Eva






 ==============================================================




                                                                       
Tambien en nuestro tiempo libre pudimos visitar el Museo de La Ciudad"  donde admiramos una variedad de acuarelas y óleos de paisajes de la Región .

Cerramos la mañana tan completa con una buena comida.




Fina Pedreño.




viernes, 9 de marzo de 2018

Real Jardín Botánico de Cartagena

Nuestra contertulia Fina Pedreño nos expuso ayer jueves un tema de Cartagena menos conocido: su Real Jardín Botánico, a través de un extenso trabajo, con más de 30 páginas con fotografías y documentos, acompañado de numerosas diapositivas sobre el tema que fue exponiendo.

Fina nos habló del Jardín Botánico de Madrid, Sevilla,... incluso de Venecia, pero lógicamente se centro en los de Cartagena.



Nos hablo del inicio de la botánica y su uso farmacológico, como Dioscórides Anazarbeo médico farmacólogo y botánico de la Antigua Grecia escribió el principal manual de farmacopea "De Materia Médica" de amplia difusión durante la Edad Media y el Renacimiento.

También, como con el transcurso del tiempo, el interés de las plantas medicinales adquiere un gran protagonismo en el s. XVIII; con este fin, Godoy pretende utilizar las granjas de las comunidades religiosas como escuelas para el estudio y enseñanza de la botánica.

Ya en Cartagena, con esa misma idea, desde el Hospital de Marina (por entonces Real Hospital de Antiguones) se solicita el uso del camposanto existente a extramuros de las instalaciones para instalar un jardín botánico de uso farmacológico, que se lleva a cabo por Real Orden con el traslada del camposanto al cementerio de Santa Lucía.

Se crea así el primer Jardín Botánico de la ciudad, que enseguida se queda pequeño y se busca una localización mejor.

El interés de Carlos III por los jardines botánicos de uso científico y por la plaza de Cartagena junto a un grupo de hombres cultos de la ciudad (médicos, abogados, marinos) hacen posible la creación de un gran jardín botánico.

Tras estudiar varios emplazamientos Carlos III en 1785 ordenada construirlo en el margen izquierdo del Cabezo de los Moros y estribaciones de parte del barrio de Santa Lucía gracias al impulso del catedrático Gregorio Bacas y Velasco (discípulo del Director del Jardín Botánico de Madrid Casimiro Gómez) que se convertiría en el Director del Real Jardín Botánico de Cartagena.

El nuevo jardín es construido de forma dirigente en tan solo 5 meses y ocupa 184 varas de largo en frente del paseo de Santa Lucía y 85 varas de fondo contra el Cabezo de los Moros, proyectado a mediodía con un total de 12.580 varas castellanas de forma geométrica. Contaba con cañería de agua dulce y pozo cercano del manantial de San Juan del Monte Calvario.



El Real Jardín Botánico de Cartagena constaba de su propio reglamento: "Reglamento para el Gobierno Económico y método de enseñanza de la botánica en el Real Jardín de Cartagena" por medio de una Real Cedula.

Además incluía biblioteca (con libros enviados por la Corte) y un centro de estudios de botánica, que impartía dos cursos por año con estudiantes de medicina, cirugía y farmacia.

La importancia del uso médico del jardín es tal, que en 1788 se crea una puerta para acceso directo desde el Hospital de Marina con el Jardín Botánico. Puerta que recientemente se ha recuperado con el acondicionamiento del antiguo Hospital de Marina y su entorno como parte de la UPCT.


En Real Jardín Botánico se experimentaba con vegetales de países de ultramar (traídos por las expediciones de los buques de Marina de Guerra) para su climatización y posterior utilización médica. Así como plantas recolectadas en localidades de la región. Además contaba con varias especies: frutales, ornamentales, bosque nativo, etc para un fin más ornamental y de disfrute.



El Real Jardín Botánico de Cartagena contaba con problemas de abastecimiento de agua, dado que los manantiales cercanos no contaban con agua constante, que junto a la falta de lluvias de la zona y los vientos del mar terminaron por afectar negativamente al cuidado y mantenimiento de las plantas. Así que con el fallecimiento de su mayor propulsor, Gregorio Baca, en 1794 se termina por ordenar su cierre en 1795.

Pero se decide construir otro jardín en la otra zona de la ciudad, el Real Jardín Botánico en el Barrio de la Concepción que duraría de 1796 a 1810; con un tamaño más pequeño que el de Santa Lucía (una sexta parte) y regentado durante 5 años por el médico Luis Rance y Duran Quedara.

En 1810 ante el temor de asedio de las tropas francesas la Junta de Defensa del Departamento toma medidas drásticas para proteger la plaza y se destruye por completo los edificios y recintos del jardín de la Concepción y los restos que aún quedaban del de Santa Lucía.


Hasta aquí el resumen del gran trabajo de nuestra compañera Fina.


Por mi parte, me gustaría añadir una explicación que me llamó poderosamente la atención del libro de Carlos Ferrándiz Araujo "Real Jardín Botánico de Cartagena"; y que se lee así:

< Además los alumnos que cursan en el Jardín Botánico de Cartagena y aprueban sus exámenes tras ser médicos, cirujanos o farmacéuticos, se les adiciona el título otorgado por el Protomedicato el de Botánico y el tratamiento de don. >

¿No os sorprende también a vosotras? ayer con tanto comentario me guarde el mio, quizá estaba saboreando una de las ricas rosquillas que trajo nuestra afable compañera

viernes, 2 de marzo de 2018

MUJERES Y RELIGIÓN


  EL ROL DE LA MUJER EN LA IGLESIA


Ayer jueves 1 de Marzo, nuestra compañera tertuliana Alma, nos expuso este tema tan interesante.

Nos habló de Mujeres y Religión.
¿ Qué han aportado las mujeres a la religión?  Cartas de San Pablo a los Gálatas,Corintios, Efesios y Colosenses.
Las Beginas: esas asociaciones de mujeres cristianas, contemplativas y activas, que dedicaban su vida a los desamparados y a labores intelectuales...
De la luchadora feminista en la Iglesia y Teóloga Maria José Arana .
De Confucio: Pensador chino, Filósofo, cuya doctrina recibe el nombre de confucianismo.Fué su fundador. La esencía de sus enseñanzas, eran caridad,justicia y respeto a la Jerarquía, gobernante/súbdito-marido/mujer-padre/hijo.
De Sion: Nombre de una fortaleza Jebusea, conquistada por el rey David, situada en la actual Jerusalén. El Monte Sion, fortaleza mencionada en la Biblia como el centro espiritual y la " Madre de todos los pueblos"

¿Qué han aportado las mujeres a la religión, qué piden a las jerarquías religiosas y qué pueden aportar para desempeñar el papel que le correspondería.

El Rol de la mujer en la Iglesia sigue siendo controversia, especialmente en la católica, ya que por tradición en esta última no han existido sacerdotisas. Sin embargo en ninguna parte de la Biblia de los católicos, afirman que el sacerdocio para las mujeres está prohibido, empero muchos versos se afirman la negatividad sobre el rol de sacerdotisas,  por ejemplo:  Primera carta de San Pablo a los Corintios:
Vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no les es permitido hablar, sino que esten sujetas,  como tambien la ley lo dice.
 Primera carta a Timoteo:  yo no permito que la mujer enseñe  ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada.
En el islamismo y el hinduismo, la mujer es ritualmente inferior.
Las jerarquía de las religiones siempre ha estado dominada por los hombres, y las interpretaciones de textos y símbolos siempre han excluido la perspectiva femenina.

Destaca una mujer, la alemana Hildegarda de Bingen, y un hombre español San Juan de Ávila , estos recibieron uno de los máximos honores de la Iglesia, la entrada en el selecto Club de los Doctores de la Iglesia, un mundo dominado por los varones. De los 34 Doctores de la Iglesia, 30 son hombres y solo 4 mujeres:  Teresa de Ávila, Catalina de Siena, Teresita de Lisieux, a las que se suma Hildegarda.

Recordaremos que Una mujer fué la primera testigo de la Resurrección " Maria Magdalena "
A Jesús le sigue un grupo de mujeres, que escuchaban sus enseñanzas y le ayudaban.
En la Escritura la Iglesia es descrita como Mujer.
Maria es la cumbre o modelo de la Iglesia, y ambas, Maria y la Iglesia son mujeres.

Segun el biblista Xabier Pikaza, autor de El evangelio de Marcos, la buena noticia de Jesús, concluye tras su investigación, que " Jesús no quiso algo especial para las mujeres. Quiso para ellas lo mismo que para los varones.
Como entendió bien San Pablo en Gal 3,28, ya no hay hombre ni mujer..La singularidad de la visión de Jesús sobre las mujeres es la " falta de singularidad"". No buscó un lugar especial para ellas, sino el mismo lugar de todos, el de los hijos de Dios.

La mujer siempre está en momentos de dificultad,
de dolor. A veces, en momentos de conflicto, en nuestras familias, la que ayuda, la que media la que va buscando encuentros y puentes es la mujer. Cuando a veces tristemente el matrimonio se rompe, son las mujeres generalmente y casi siempre, las que tienen que conducir y llevar la casa y sus hijos. Por eso damos gracias a Dios por este sexo fuerte, por estas mujeres fuertes que tanto bien hacen a nuestras comunidades,  a nuestras casas.   ( Mons Santiago Olivera).
La Mujer dá Vida, es transmisora de vida.. llevar para adelante la familia y formar a sus miembros, Artesanos de La Paz por el Mundo..

Desde aqui.. Un Homenaje a todas nuestras  Mujeres de Tertulia.Athenea que siempre estan ahí para todo.
Quede así,  este grupo de tertulianas, con nuestra ponente Alma". qué tambien nos pueden representar!!.



.