Olor a
petricor
Cuando
ayer empezaba a llover, después de tanto tiempo de sequía, me llegó un olor que
me trasladó con toda rapidez a mi infancia, a mis lejanos veranos, a una época
repleta de libertad. “Olor a ozono” comentó alguien a mi lado y yo,
repelente, sabihonda y sabelotodo respondí: “no, huele a petricor”
Hasta
hace cuatro días, más o menos, ayer mismo, yo también decía que esa tierra
mojada me traía olor a ozono, pero he tenido que cumplir un montón de años para
que una canija tan pedante como yo me sacara de mi error.
Cuando
empiezan a caer las primeras gotas de lluvia en los cálidos días de la
primavera o el verano recibimos un olor, dos olores, hasta tres olores
diferentes: ¿es la lluvia o es la tormenta? ¿Es tal vez la tierra mojada? ¿A
que huele?
Como sabéis
lo curiosa que soy y que Google ha venido a reemplazar mi diccionario
enciclopédico, he acudido a mi buscador preferido y ¡zas! Ahí están mis tres
olores:
Ozono: Poco tiempo antes de que
se desate una tormenta lo sentimos. Es un olor metálico muy característico y
entonces decimos “va a llover” pero no es ese olor al que me refiero.
Geosmina: ¡Ahí queda
eso! Una de las sustancias más destacadas del perfume de la tierra es la
geosmina, producida por la bacteria “Streptomyces coelicolor”. La geosmina es
la sustancia química que los camellos huelen cuando buscan agua para llenar sus
jorobas (con perdón) y tampoco es ese olor.
Petricor: Se
define como el aroma que acompaña a la primera lluvia tras un largo periodo de
sequía. Procede del griego petra (piedra) e icor y es el nombre dado al olor
que se produce al caer la lluvia en los suelos secos, equivalente al popular “tierra
mojada” o simplemente “olor a lluvia”. En los años sesenta del siglo pasado dos
geólogos australianos lo describieron como el olor que deriva de un aceite
exudado por ciertas plantas durante períodos de sequía que queda absorbido en
la superficie de las rocas y al entrar en contacto con la lluvia es liberado en
el aire.
Como veréis
no es ozono, ni es geosmina, sino PETRICOR el aroma que nos despierta los
sentidos y nos transporta a los felices tiempos de nuestra infancia y juventud
en el momento en que caen las primeras gotas de lluvia sobre el terreno seco en
primavera o verano.