Ayer,
Carmen Estévez nos presentó un trabajo titulado MUNDO ARABE. Previamente nos
confesó que es una gran enamorada del mundo árabe, pero no habría hecho falta
que nos lo advirtiera. Desde el primer momento nos recitó o casi nos cantó su
tema. Tal vez recordaba al poeta IBd Qutayba del siglo IX que explicaba por qué
introducía versos amorosos introductorios en casi todas sus gasidas (genero poético
preislámico) porque decía que así reclamaba la atención de sus oyentes,
dado que el amor es lo que más atrae al corazón y así fue como Carmen
nos fue desgranando todo lo que ella conocía del mundo árabe: Países que
pertenecen, historia del islam desde Mahoma, su expansión como uno de los fenómenos
más asombrosos de la Historia.
Continuó
relatándonos los orígenes, la expansión y la creación de los tres imperios más
importantes de su tiempo: El imperio Mongol, el Imperio Otomano y el Califato
Abasí. Centrándose en este último nos habló de cómo llegaron hasta la Península
Ibérica, instalándose en Andalucía, a la que dieron el nombre de Al Ándalus. Prosiguió
con el declinar de estos imperios y como la Primera y Segunda Guerra Mundial transformaron
los mapas de Europa, África y Asia naciendo y desapareciendo algunas naciones.
Las sangrientas guerras en busca de la independencia de países como Marruecos,
Argelia, Congo, etc. y como, gracias al petróleo han comenzado a resurgir
algunas de estas: Emiratos árabes, Catar, etc.
Todo esto, tal como dije al principio, arrullándonos Carmen como si se tratara de una Sherezade de “Las mil y una noches” hablándonos ¿tal vez recitando o tal vez cantando? de las peculiaridades de la forma de vida del árabe, de su forma de vestir, de su forma de comer, de sus rezos, del Ramadán, del concepto de la familia, de la religión…
Prosiguió mostrándonos los avances que las ciencias islámicas vivieron en los siglos IX y X, con tres siglos de adelanto sobre el Medievo europeo y por último, tal como nos advirtió al principio nos confesó lo enamorada que se sentía de la belleza y el deleite propio del mundo árabe, mostrándonos su sensualidad y el desarrollo de todos los sentidos, como la armonía del agua en las fuentes, los sabores y olores de sus alimentos y sus especias y terminó describiendo la Mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada de las que dijo que son una oda a la naturaleza y que parecen respirar.
Terminó leyendo
“que la Alhambra, libro abierto a la existencia, es un encaje de poesía y
al tiempo de azoras coránicas, que recuerdan la fuente de tanta belleza en cada
zócalo y en cada jamba”
Fue una
tarde muy agradable, en la disfrutamos del buen trabajo que nos regaló Carmen Estévez,
a la que tenemos que agradecer su exposición “enamorada” del Mundo Árabe.