El
14 de noviembre de 2024, nuestra compañera de tertulia Mercé Sànchiz nos
sorprendió con una interesante exposición: la incidencia del PSICOBALLET en la integración
de las personas discapacitadas de toda índole, demostrando una mejoría de sus
aptitudes.
Fue
fundado el Psicoballet por una bailarina y corógrafa llamada Maite León. Su primera
hija nació con una lesión cerebral a consecuencia del parto, esto la apartó temporalmente
de la danza para dedicarse a la niña. Mediante
el baile, la música y el canto consigue mejoras sustanciales. Descubre la
belleza en las interpretaciones de la hija y un concepto nuevo de estética. Dos
años después nace su segunda hija Gabriela que posteriormente seguirá con su
obra.
Maite,
junto a Fidel Martín su pareja, funda el Psicoballet en 1980. En 1987 recibe el
premio Reina Sofía de Integración. En el 1992, con apoyo del Ministerio de Trabajo
y Asuntos Sociales crea la escuela permanente de artes escénicas y
discapacidad, actual sede de la fundación. Maite es nombrada 1º presidenta del
comité ACEAC España Comunidad europea. Desempeñó
la representación de EUCREA durante cuatro años.
Un
accidente acaba con la vida de Fidel y afecta gravemente a Maite. Posteriormente
crea el espectáculo “para los que sueñan” en honor de su compañero. Su última
obra fue en el 2000: la adaptación de la opera “la Gioconda”, estrenada en el Festival
de Música y Danza de Granada.
Con
esta frase se definía: “Mis manos hablan
para el alma, mis pies escriben para los sentimientos. Mi cuerpo danza para la
libertad”.
Y nuestra
ponente Mercé le dedica este magnífico poema:
Entre
las bambalinas de la memoria vuelvo a verte.
Como
siempre con tu pelo de color imposible,
tus
zapatillas de punta,
tu
viejo maletín de Pandora impredecible,
y el
que nunca sería el último cigarrillo.
Mejor debería
decir no he dejado de verte.
Mejor digo:
no he dejado de amarte.
Amo
tus manos que hablan de tenacidad y utopía,
amo
tus pies que escriben páginas de pasión y rebeldía,
amo
tu cuerpo que danza mas allá de la hermosura,
pero
sobre todo, amo tu corazón enloquecido,
la
fuerza arrolladora con la que embestiste la vida.
Amiga
nunca bajará el telón en tu escenario,
ni
sonará el último aplauso,
porque
tus pies, tu cuerpo, tus manos,
siguen
bailando en cada uno de tus muchach@s.
Entre
las bambalinas de la memoria,
alzo
mi copa y brindo por tu fecunda existencia
y por
la de aquellos que sin descanso
siguen
bailando a la luz de una sola creencia:
todos
somos iguales, a pesar de las diferencias.