viernes, 12 de abril de 2024

Santiago Ramón y Cajal

 Ayer jueves 11 de Abril, nuestra querida tertuliana Aurora Morancho, nos ofreció con gran entusiasmo, la interesante Biografía del excelente  científico, Santiago Ramón y Cajal.

Y como Aurora es una gran innovadora, además de aragonesa como Cajal, ha optado por ofrecernos ella misma un resumen para éste nuestro Blogger.
Lo cual le agradecemos mucho.




Conoceremos a un hombre cuya vida estuvo dedicada a desvelar los enigmas del sistema nervioso: Santiago Ramón y Cajal.

 

Cajal se erigió como un incansable investigador de la anatomía humana. Sus minuciosos y precisos estudios le llevaron a descubrir las complejas conexiones entre las neuronas, las unidades fundamentales del sistema nervioso.

 

 

Su labor pionera, reconocida como la "doctrina de la neurona", transformó la neurociencia al evidenciar que el cerebro no constituía una masa homogénea, sino una intrincada red de células independientes que interaccionan entre sí.

 Gracias a su incansable labor, hoy día comprendemos mejor los cimientos del funcionamiento cerebral, propiciando avances significativos en el abordaje de enfermedades neurodegenerativas, trastornos mentales y otras condiciones relacionadas.

 Fue un verdadero pionero, un visionario y un genio. Su fervor por la ciencia y su búsqueda incansable del saber lo catapultaron como uno de los científicos más destacados en la historia de la humanidad.

 

Nació en Petilla de Aragón en 1.852, una localidad navarra situada dentro del territorio aragonés, Cajal se consideraba aragonés debido a la ascendencia y la mayor parte de su crianza en esta región. Su padre, médico, llevó a la familia a vivir en diferentes pueblos del Alto Aragón. Cajal utilizaba diferentes formas de escribir su nombre, empleando a veces "Santiago Ramón Cajal" y otras "Santiago Ramón y Cajal", siguiendo una tradición aragonesa para evitar malentendidos. Aunque inicialmente su pasión fue la pintura, la influencia de sus padres lo condujo hacia la medicina. Su padre, debido a su comportamiento y bajo rendimiento escolar, lo sacó de la escuela en varias ocasiones para que trabajara como aprendiz de zapatero y barbero, adquiriendo habilidades manuales que luego serían útiles en su trabajo científico, especialmente en la preparación de cortes histológicos para examinar al microscopio.

 Durante su etapa estudiantil en los escolapios de Huesca, Santiago Ramón y Cajal desarrolló su afición por la montaña y su defensa de un estilo de vida saludable en contacto con la naturaleza. Aunque inicialmente delgado y encorvado debido a largas horas frente al microscopio, se transformó físicamente luego de perder una pelea por una chica y comenzar a entrenar en un gimnasio, convirtiéndose en un entusiasta del culturismo. Continuó con el deporte a lo largo de su vida, combinándolo con su carrera universitaria en la Facultad de Medicina en Zaragoza, donde se graduó con éxito en 1873 a los veintiún años. Posteriormente, fue llamado al servicio militar durante la Primera República Española.

 En 1874, fue enviado a Cuba debido al conflicto de la Guerra de los Diez Años. Durante su estancia, enfermó gravemente debido a las terribles condiciones en las que se encontraban las tropas españolas, siendo destinado a la enfermería de Vistahermosa en Camagüey, una zona de bosque tropical húmedo. Enfrentó problemas administrativos y la corrupción de ciertos oficiales y personal, lo que dificultó su labor médica. Debido a su deteriorada salud, fue declarado no apto para la campaña y regresó a España en 1875 en estado de extrema desnutrición. Gracias a los cuidados de su familia, logró recuperarse gradualmente y retomar su carrera académica.


Ramón y Cajal financió su propio laboratorio con las pagas de soldado. Se doctoró a los veinticinco años con una tesis sobre la patogenia de la inflamación en la Universidad Central, hoy Universidad Complutense de Madrid.


Experimentó altibajos en su vida, enfrentando la tuberculosis en 1878 pero obteniendo el puesto de Director de Museos Anatómicos de Zaragoza en 1879.

Se casó con Silveria Fañanás García y tuvo siete hijos, colaborando activamente en las investigación y laboratorio de Cajal durante cincuenta años.



A pesar de la falta de apoyo institucional inicial, Silveria se encargó del cuidado de la familia, del hogar y de la economía conjunta, permitiendo a Cajal asistir al Congreso de la Sociedad Anatómica Alemana en Berlín en 1889, donde comenzó a recibir reconocimiento internacional por sus investigaciones.


Ramón y Cajal mantenía una relación amistosa tanto con el rey Alfonso XIII como con Juan Negrín, médico y presidente del Gobierno durante la Segunda República. A diferencia de las dinámicas actuales de confrontación, Cajal no se alineaba con bandos políticos, sino que tenía sus propias ideas y respetaba a quienes pensaban diferente. Demostró este respeto al indignarse por el intento de boicot contra Benito Pérez Galdós cuando fue propuesto para el Premio Nobel.

Cajal era patriota y tolerante, y su comportamiento lo reflejaba al relacionarse tanto con la élite como con los obreros.

Tras su regreso del Congreso de Berlín, Santiago Ramón y Cajal recibió numerosos reconocimientos internacionales destacados por sus contribuciones en el campo científico. En respuesta a la aclamación generalizada tanto por parte de la ciudadanía como de la prensa, el gobierno español creó el Laboratorio de Investigaciones Biológicas para Santiago Ramón y Cajal Y más tarde el Instituto Cajal. Esta acción sentó las bases de lo que posteriormente se convertiría en la Escuela Española de Neurohistología, un centro científico destacado en el país.



Recibió el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1906, compartido con Camillo Golgi, por sus contribuciones a la neurociencia. Aunque Ramón y Cajal utilizó el método de tinción de Golgi, nunca estuvo de acuerdo con sus teorías científicas.

No solo fue un destacado investigador, sino también un educador excepcional, según sus propios relatos autobiográficos y las biografías de quienes lo conocieron. Destacó por guiar a sus alumnos, creando así una suerte de familia intelectual que continuó su legado. Su enfoque educativo combinaba pedagogía, patriotismo y perseverancia, inspirando a quienes lo rodeaban. Dentro de su laboratorio también formaron parte mujeres investigadoras, algo inusual en la época.



Sin embargo, la Guerra Civil Española provocó la dispersión de la mayoría de sus colaboradores, muchos de los cuales fueron sometidos a purgas ideológicas y destituidos de sus cargos.

Es considerado uno de los científicos más importantes de la historia, y su legado sigue siendo reconocido y homenajeado en todo el mundo. Ha sido homenajeado en esculturas, monumentos, calles y centros educativos con su nombre en diferentes ciudades.





El legado científico de Santiago Ramón y Cajal abarca varios campos de la neurociencia:


1. Teoría neuronal: Demostró que el sistema nervioso está compuesto por células individuales llamadas neuronas, conectadas entre sí a través de sinapsis, y no por una red continua de tejido.


2. Ley de la polarización dinámica: Estableció que las neuronas tienen una dirección de conducción de la información, desde el soma hasta las dendritas, lo que influye en la transmisión de señales nerviosas.


3. Descripción detallada del sistema nervioso: Realizó dibujos y descripciones minuciosas de diferentes tipos de neuronas y sus conexiones en todo el sistema nervioso, sentando las bases de la neuroanatomía moderna.


4. Regeneración neuronal: Demostró que las neuronas pueden regenerarse en ciertas condiciones, lo que tiene importantes implicaciones en la recuperación de lesiones cerebrales y enfermedades neurodegenerativas.

5. Plasticidad neuronal: Reconoció la capacidad del sistema nervioso para cambiar y adaptarse, un fenómeno conocido como plasticidad neuronal, lo que contribuyó al entendimiento de cómo el cerebro se adapta a cambios ambientales y lesiones.


6. Neuroanatomía comparada: Realizó investigaciones en animales para comparar la organización del sistema nervioso en diferentes especies, lo que permitió comprender mejor los principios generales de la neuroanatomía.



Además, descubrió las células intersticiales de Cajal, ubicadas en los músculos lisos intestinales, que desempeñan un papel crucial en la generación de contracciones y en la neurotransmisión entre las neuronas y las células musculares en el tracto gastrointestinal. Estas contribuciones fundamentales lo convierten en una figura clave en la historia de la neurociencia.







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