viernes, 4 de noviembre de 2022

La tarde de ayer fue muy larga




               La tarde de ayer fue muy larga, más larga de lo normal y sobre todo diferente. La sesión de la Tertulia estaba programada para que nuestra compañera Clara nos hablara sobre “La historia y curiosidades del Convento de San Diego, de la Casa de Misericordia y del Monte del Calvario” es decir, todas las tertulianas nos prometíamos una tarde tranquila, conociendo de antemano lo que iba a suceder, ya que todas sabíamos que tanto Clara como Josefina son muy eficaces organizando y preparando nuestras reuniones.

          Hasta las seis menos cinco de la tarde todo ocurrió según lo previsto y en ese momento todo se volteó:

          Sonó mi teléfono y una Josefina nerviosa me comunica que Edgardo Encomendero, compañero mío en la Universidad Popular, el cual iba a acudir a la tertulia la próxima semana, para colaborar conmigo en la exposición de mi tema sobre Vargas Llosa, se había confundido de día y estaba allí esperándome.


          ¡Todo cambió! Clara, cargada con folios para exponer su tema, yo sin un solo apunte, ya que lo tenía previsto para la siguiente sesión y las tertulianas sorprendidas ante la presencia de un señor, al que desconocían y del que no sabían los motivos de su presencia en nuestra Tertulia.

          He escrito al principio que la tarde de ayer fue muy larga y diferente y así fue. Yo presenté a Edgardo y expliqué la confusión de día y a partir de ahí el tema de Clara quedó olvidado sobre la mesa y comenzamos hablando de Vargas Llosa, Perú, París y terminamos hablando de tal diversidad de temas, sin guion que la reunión se alargó hasta las ocho de la tarde/noche.

          ¿Cómo titular la sesión de ayer? ¿Cuándo nos hablará Clara de sus curiosas historias y curiosidades? Y yo ¿Cuándo expondré sobre “El otro Vargas Llosa”? No tengo respuesta alguna para nada de lo que ocurrió ayer. Lo siento.

 

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